Paúl Arano la pesadilla de Oriente Petrolero
La pesadilla de Oriente Petrolero tiene
nombre y apellido: Cristian Paúl Arano Ruiz. El académico le dio, otra
vez, el triunfo a Blooming ante su archirrival con un gol cuando el
partido "se moría", además le permitió ascender a la tercera plaza de la
general en el campeonato Apertura a solo tres puntos del único líder,
Nacional Potosí (22). El mediocampista lleva tres clásicos consecutivos
venciendo las redes orientales, sin importarle si está Guillermo
Vizcarra o Rómel Quiñónez. Y el mal sueño no
acaba ahí para los refineros; hasta el próximo clásico cruceño el 25 de
mayo serán 649 días que los verdolagas no pueden ganarle a los
celestes.
Oriente, en una parálisis del sueño. La
racha goleadora de Arano comenzó el 5 de agosto del 2018, ahí debutó en
clásicos cruceños y anotó uno de los tres tantos, los otros dos lo
hicieron Joselito Vaca y José Luis Vargas. Blooming ganó 2 a 0.
El chico
nacido en una escuela y que desea comprarle una casa a sus padres, tuvo
un partido de ensueño, que no acabó allí. Si el primero fue ideal, el
segundo fue de "otro mundo". El domingo 14 de noviembre, verdolagas y
académicos se volvierona enfrentar en el "Tahuichi". El partido parecía
que no pasaba del cero y la figura de Arano vislumbró con un certero
doblete. 2-0 festejó "el penta".
En el clásico
184 no dejó pasar la oportunidad para acechar el arco de Quiñónez,
quien había ahogado el grito de gol a Rafinha, Rafael Barros, Leonardo
Vaca y al propio Arano en un tiro libre. Justo cuando se quedaron con un
hombre menos por la tonta expulsión de Óscar Velásquez, el
mediocampista desató la algarabía a los 84'.
Si bien Blooming
llegaba mejor parado, nada está dicho en un clásico. Ambos planteles se
dedicaron a atacar el área rival. Las cuatro tapadas de Quiñónez
evitaron que el resultado sea aún peor, aunque la opción de tomar
ventaja la tuvo José Alfredo Castillo con un penal. "El Pícaro" quiso
imitar el gol a lo Panenka de Luis Suárez en la Copa del Rey, pero a
diferencia del uruguayo que silenció el Santiago Bernabéu, salió
abucheado por propios y extraños. Esto cambiaría el rumbo del partido.
En el complemento, Velásquez se las dio de boxeador y le pegó dos
puñetes a Mario Cuéllar. Vio la roja inmediatamente. Un golpeado Cuéllar
perdió el balón dentro de su área y Arano no perdonó.
Fuente: El Día
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